perdurarán, evitando así que se expandan todos los goces posibles de cada creación.
Pareciera que el hombre, celoso de su condición última, hereda la misma suerte a lo que de
él surge. ¿Todo cuanto hagamos, entonces, debe perecer en algún momento? — me
pregunto.
Con el afán de acercarnos, apreciable público, a una posibilidad sobre esta inquietud quiero
pedirles que tracen en su memoria el recorrido que realizaron para llegar hasta este lugar,
en el que nos encontramos ahora. Los caminos que cada quién está esbozando son diversos
y están compuestos por una variación única de paisajes, formas y colores. Sin embargo, hay
un elemento que no se pierde, que no se difumina entre la monotonía de la variedad a la que
nuestros ojos se acostumbraron ya: todo lo que vemos está hecho y parece caber en esa
hechura como si estuviera cumpliendo un destino, desde la calle y el pavimento hasta la
punta más alta de un rascacielos, mezclados en perfecta armonía. Pero, ¿cuántas veces
realmente prestamos atención a la sinfonía de espacios de esta y otras ciudades?
Nos movemos y desarrollamos nuestras vidas en medio de un juego de proyecciones y
diseños del que no somos conscientes, pero del que formamos parte secretamente. Los
caminos que trazaron de memoria son el cruce de proyectos que los arquitectos
transformaron buscando satisfacer una necesidad humana que ha quedado relegada por su
obviedad: habitar. Pero por supuesto, va más allá de eso, ya que este noble arte no sólo es
utilitario como se ha supuesto al momento de compararlo con otras de las bellas artes, es el
punto exacto donde se funden los órdenes matemáticos, la vida del hombre, un momento
específico de la historia y el placer estético: es la exacta proporción de todas las relaciones,
un equilibrio entre técnica y belleza.
Entender este vértice de conocimientos es lo que da vida a la creación que celebramos el
día de hoy. Porque no sólo celebramos el inicio de un futuro que promete contribuir a la
magnificencia, a la historia y a la humanidad; celebramos también el trabajo de diseño,
proyección y construcción que sus padres, sus seres amados y las experiencias de la vida
han hecho con ustedes, a tal grado que los ha motivado a regresar al mundo un poco de lo
que han recibido: construir para construirse a ustedes mismos y a los demás, crear para que
sus sueños resuenen en otros y generen nuevas ideas, pero sobre todo, despertar los ojos y
la sensibilidad de todos aquellos que se han acostumbrado a no ver lo que hay más allá de
lo que se pude observar.
Padres y madres de estos graduados, les pido que miren a la distancia a sus hijos.
¿Reconocen contra qué luchan? En todos ellos reside una semilla esperanzadora, porque sin
importar si hay o se avecinan estragos, están listos para diseñar universos útiles, para
proyectar horizontes firmes, para construir bellezas. Erijamos juntos el principio de esta
dicha.
Discurso escrito por Parábula, una agencia de contenido literario.
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Felicidades Marianita !!! Te amamos @GraduacionMX #TECSFARQ
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